Cacique Romero

El Maquis tiene como objetivo contar la verdad de ciertos innobles personajillos que pretenden vivir del engaño

03 junio, 2006

Quiero hacerme rico con mi VPO

En el reciente pleno celebrado en Los Barrios, un grupo de propietarios de viviendas de VPO sacó carteles en contra de la ley del gobierno andaluz para este tipo de construcciones. Este grupo se dedica, como si de profesionales se tratase, a recorrer todos los ayuntamientos del Campo de Gibraltar para protestar contra la ley que impedirá especular con las Viviendas de Protección Oficial.
Sorprende la actitud insolidaria de estos ciudadanos: quieren para otros lo que no quisieron para ellos. O sea, pretenden que los que les compren sus viviendas acoquinen un precio de mercado que ellos se ahorraron en su día cuando accedieron a una vivienda de precio tasado y con un crédito hipotecario subvencionado.
Seguro que cuando adquirieron sus VPO alegaron que las de renta libre eran carísimas, pero ahora ven que tienen un filón en sus manos y no les importa (más bien les importa un bledo) venderlas por un fortunón. Pura sinvergonzonería.
Por cierto, el PA pidió en el pleno, a través de una moción, que la ley andaluza que regule las VPO no sea retroactiva. Es decir, que se pueda especular con las viviendas protegidas que se construyeron antes de la entrada en vigor de la ley. ¡Pero si son los andalucistas los que dicen rasgarse las vestiduras por la especulación urbanística! Lo dicho, a Dios rogando y con el palo dando.

Pleno

Respecto al pleno unos apuntes. Se agradece a los señores concejales que muestren a los visitantes lo bien que funciona el sistema de aire polar del salón de plenos, pero al mismo tiempo podrían disponer a la entrada algo de abrigo para los incautos. Unas mantitas de viaje, por ejemplo.
¿Por qué el equipo de gobierno se empeña en hacerle el favor a la oposición, sobre todo al PA, de no televisar las sesiones?
¿No es pasarse un poco meter 26 puntos en el orden del día? Suponiendo que se concediese a cada asunto 10 minutos, que no es mucho suponer por el ardor dialéctico de sus ilustrísimas, salen 260 minutos, más de cuatro horas. El que se celebró el viernes pasó de seis horas, un auténtico ladrillo. Además, en vez del Ayuntamiento aquello parecía un iglú. ¿Será algún tipo de estrategia?