Jorge Romero no tiene sentido del ridículo

El PA, o Jorge Romero que es lo mismo, debería saber que ya no asusta, que sus argumentos no son creíbles y que tanta invocación al desastre y al acabóse están poniéndolo en mal lugar, rebajando el crédito que pudieran tener, si alguna vez tuvo alguno.
Jorge Romero sabe que la construcción de un nuevo centro de salud no es competencia del Ayuntamiento, que a pesar de ello cedió los terrenos y presionó a Servicio Andaluz de Salud (SAS) para que hicieran el proyecto y comenzara la obra.
Todo eso lo sabe Romero, pero cuando la razón no le asiste echa mano de la sinrazón aliñada con unas gotas de demagogia, que está resultando su combinación preferida. Porque la plaza de toros La Montera, que el Ayuntamiento quiere cubrir, sí es competencia municipal. Otra cosa sería que la construcción del nuevo centro de salud dependiese del Ayuntamiento, pero no es el caso. Con esta nueva romerada, el PA viene a decir "fijaos lo que se gastan en La Montera y no lo hacen en mejorar la salud pública", una mentira que no ha utilizado, por ejemplo, el colectivo de usuarios del SAS. Por algo será.
Luego está, otra vez, el asunto de la playa de Palmones. Aquí es donde es palpable la falta de sentido del ridículo de Jorge Romero. No importa que hace 14 años se desafectase la playa de Palmones para uso portuario (como se demuestra en este blog, con un recorte de prensa más abajo), ni que la Autoridad Portuaria repita que el litoral público no corre peligro alguno. Le da lo mismo, porque ya perdido al río.
Lo hilarante es que un proyecto que tenía la Autoridad Portuaria para hacer un parque en Palmones se lo adjudique Jorge Romero, pregonando que la inversión se debe a su absurda protesta. Lo dicho: ridículo y vergüenza no son palabras que conozca.